Cuando fui a ver, junto con los propietarios, este piso construido a mediados del siglo pasado lo primero que nos enamoró fue la gran cantidad de materiales, ornamentación de escayolas, suelos, etc., que podíamos rescatar del derribo e integrar a la vivienda nueva.

El proyecto de decoración fue un trabajo integral de reforma y restauración, cuyo objetivo era conservar todo lo que se pudiera de la estructura original y sus componentes históricos. Lógicamente adaptando el proyecto con una nueva reubicación de las estancias según las necesidades marcadas de los clientes y además para conseguir una mayor amplitud y luminosidad.

Una vez definidos los espacios pensé en como fusionar los elementos antiguos con una visión más eclíptica y moderna. A todas las columnas de la casa las despojé de sus revestimientos hasta dejarlas en su hormigón natural visto. Todos los radiadores de hierro fundido se restauraron decapándolos y pintándolos de nuevo. En el salón, la estrella principal es el techo, con sus vigas de madera existentes que hubo que tratar y recuperar. Aunque no estaban dispuestas por toda la estancia, me surgió ahí la idea de prolongarlas y hacer una continuidad de las mismas y cubrirlas con pladur las más deterioradas, dejando las partes más bonitas al descubierto. También las doté de unos carriles invisibles con luz retroiluminada. Aparte de ganar más altura

también conseguí un efecto de luz regulable muy cálido y especial. En la cocina, abierta al salón, la revestí con ladrillo viejo refractario y en el solado hice una alfombra con las baldosas hidráulicas originales de la vivienda. Otro solado que también pude recuperar fue el de las baldosas de mármol blanco y negro que lo coloqué en damero en el aseo de invitados. Todos los sanitarios y griferías son también, excepto la zona de ducha, originales de la vivienda. Las baldosas a inglete a media altura y un papel decorativo muy colorido ponen el punto chic a este aseo. Para el dormitorio diseñé una pequeña suite con su vestidor a la entrada y un cuarto de baño del que antes no disponía la vivienda. Cuando íbamos a demoler las puertas originales de la casa, una luz se me encendió a través de sus coloridas cristaleras y guardé una, que, haciéndola corredera, la empleé para la puerta de este baño.

Todas las molduras decorativas de los techos que pudimos recuperar, se emplearon. Incluso puestas estratégicamente en parte de las estancias, y aprovechando los rosetones centrales de cada habitación. La iluminación se cuidó al máximo, creando muchos retroiluminados y luces indirectas para no molestar en el tránsito ordinario de la casa. La elección del suelo tipo tablón de madera en color oscuro otorga a la casa muchísima rotundidad visual y un toque muy sofisticado.

Una vez vista la casa terminada, yo llamaría a este estilo un industrial, pero muy minimalista, que se logra con el predominio del blanco en paredes y techos en contrapunto con los suelos de madera oscura que aportan una estética calmante y pura. El carácter industrial de la casa lo podemos ver por el uso repetido del color negro en herrajes, tuberías vistas, el ventanal separador de la cocina y el salón y en la puerta de entrada. El minimalismo lo podemos descubrir en la planificación de las estancias y en el empleo muy medido de los elementos decorativos y de la sobriedad de los materiales. Sin embargo, con unos pequeños toques de color y el empleo de la luz, este piso no puede ser más acogedor para entrar a vivir en él y disfrutarlo como yo lo hice haciéndolo.